NUESTRA VELA ... SIGUE EN BURGOS... ESPECIALMENTE EN EL GRUPO DE LOS DOMINGOS


Teresa nos habla aquí del “servicio de Dios” ¿Hemos tomado conciencia de la grandeza de este don? Y, sin embargo, a los ojos del mundo podemos parecer esclavos por someter libremente nuestra voluntad a los planes de Dios. Nosotros, en cambio, nos ponemos en las manos amorosas del Padre y en ello encontramos nuestro gozo, confiados en su omnipotencia. Él nos enseña a ser señores de las cosas de este mundo, a usarlas con sabiduría y moderación, de modo que, dominando nuestro cuerpo y nuestra voluntad, alcanzamos la verdadera libertad.

Ésta es la batalla que tenemos que librar, y para ello quiere Dios que nos apoyemos en nuestros hermanos, porque es en el trato con los demás donde nos conocemos a nosotros mismos y donde aprendemos, cediendo, a ser dueños de nuestra voluntad. Y, conociéndonos, comprendemos mejor las debilidades de los otros, y surge así el vínculo de una sólida amistad. Esta amistad es la que nos impulsa a “hacernos espaldas unos a otros”, como nos dice santa Teresa, en estos tiempos difíciles que hoy, como en su tiempo, nos toca vivir.

La mejor arma para este combate es la oración. Un alma que no ora está a merced de los vientos del mal y encontrará dificultad para tolerar a sus semejantes. Y si la oración es compartida, alcanza del Señor lo que pide, ya que no puede pedir egoístamente, sino un bien común, y esto es grato a Dios, que nos hizo sociables.

Por eso nos dice Jesús que “donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”.

Alabada sea la Santísima Trinidad que vive de Amor. Amén.

No hay comentarios: