EL AGUA


¿Quién ve el agua?, El imparable elemento es invisible, al igual que su fuerza y su belleza.
A veces la potencia del agua nos da miedo, nos derrumba, pero su belleza nos cautiva.
Intentamos coger el agua con las manos, y sólo conseguimos mojarnos, y sonreír, ante el atrevimiento del agua, ante nuestra “grandeza”. Así me imagino a Dios, fuerte, invisible, y humilde. Su transparencia no nos permite ver su belleza, en momentos de calma; en cambio ante las dificultades nos muestra que ahí está. Así como el agua cuando tropieza con las piedras del río, o cae al vacío de una cascada nos muestra su sublime belleza y brío.
Nos pasmamos ante cuaquier cascada y solamente es el resultado de la superación de una dificultad. ¿Cuándo nos pasmamos ante Dios?

Angela Lopez de Arriba

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