Lunes, 22 de Junio de 2009

No juzguemos, a fin de cuentas quienes somos nosotros para juzgar al projimo, sino conocemos sus verdaderas intenciones, ni su corazon, ni sus razones. Aprendamos a comprender al otro y a ponernos en su lugar antes de juzgar, quizas nosotros hubiesemos actuado diferente a el.

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